El Cervino... Matterhorn para los suizos... no es un 4000 cualquiera. Su morfología piramidal, sus cuatro aristas y sus cuatro caras se elevan majestuosas hacia el cielo arañando el cenit y atrapando a las nuves en su cima perfecta... Su historia es la historia de quienes soñaron con alcanzarla y finalmente lo hicieron aún a costa de sus vidas... y hoy, sin embargo, su ascensión puede ser un mero trámite comercial.
Una montaña que puede darte lo mejor y lo peor del alpinismo... La emoción del reto y el compromiso y la indecencia del sucio negocio que los guias locales imponen en sus rutas normales...
Para mí... viajar hasta el Cervino ha de ser algo especial y quiero que así sea... Quiero subir por donde la montaña pueda darme lo mejor de sí misma ya que yo espero poder darle lo mismo... junto a mis compañeros de expedición, sin colas, sin malas caras, sin abusos ni malos rollos...
Espero poder subir por la arista Zmutt, estar preparado para hacerlo sin usar medios artificiales como maromas o ferratas y así, sentir que realmente la he subido yo...
Puede que una vez allí no me sienta capaz de cumplir con mi objetivo y aquí y ahora manifiesto mi intención de abandonar antes que traicionar esta ética heredada de aquellos que mucho antes que yo la hicieron suya y a quienes admiro y honestamente trato de imitar.
Espero poder cumplir mi meta y que ésta sea la ascensión que me abra las puertas de la siguiente, y la siguiente y la siguiente...
El próximo 17 de Agosto saldré hacia Zermatt para cumplir el sueño de todo alpinista: conquistar el Cervino ya que él ya me ha conquistado.
